martes, 7 de febrero de 2012

UN SÍ FACIL HACE LA DIFERENCIA Cuando las redes sociales se convierten en telarañas

Yo me culpo de haber dejado a mi hijo de 11 años sacar una cuenta en Facebook. Quizás lo vi como una manera de acercarlo a mi familia que vive toda en el exterior. También influyó el hecho de que sus compañeritos se beneficiaron con la entrega de las computadoras del Gobierno y por ende pensaron que TODOS deberían tener una cuenta en Facebook. Pensé: - bien,  trataré de supervisarlo y en el peor de los casos perderá un poco más de tiempo jugando con sus mejores amigos. Pero por más medidas que tomé, fue imposible monitorearlo. Porque en el colegio también acceden a estas redes sociales. Además, los chicos buscan la manera de borrar aquello que suponen puede enojar a papá y mamá. Y con total convicción he de reconocer que el  "experimento" falló!

Mi hijo Sumó amigos, compañeros y toda la cola de gente tras ellos. El nivel sociocultural de algunos de sus contactos era realmente catastrófico. El sexo obsceno, las malas palabras, los insultos, los temas totalmente frívolos se infiltraron en mi casa con la facilidad de un “enter” y todo por un Sí fácil.

Parece ser que la maldad ahora también se gestiona primero por este medio, con la impunidad que da lo virtual. El colmo fue  una madre que se sintió con el derecho de amenazar a mi hijo  de muerte, porque ante el insulto de una compañera del colegio él dijo: SEEE tu mamá!  Y efectivamente la mujer ofendida estaba a la salida del colegio para increparlo. Obviamente tome todas las precauciones. Llamé al colegio y propuse hacer una reunión con todos los padres para apoyarnos y ver de que manera podíamos resolver ese y otro tipo de situaciones. Pero llegue a la conclusión, después de muchas idas y vueltas, de que quienes más necesitan ayuda son los mismos padres.

Yo defiendo la educación pública y por ese motivo mi hijo va a un colegio del Estado, pero desafortunadamente el sistema educativo no está capacitado para afrontar esta nueva sociedad, con sus taras, los inmigrantes con sus problemas,  la falta de valores en general y ahora se suma Internet con todo y sus redes antisociales (porque para los chicos es eso simplemente).  Ahora nuestras miserias sociales se multiplican por Internet a tal velocidad que es imposible prohibir, filtrar e incluso apagar. 

Que todos los chicos puedan acceder a Internet es algo positivo, lo negativo es que nadie está capacitado para vislumbrar siquiera el modo de controlar el acceso a lo virtual y sus efectos en lo real. En los colegios públicos los maestros les permiten a los chicos ingresar a las redes sociales y es más, las computadoras se han convertido en las “domadoras de las pequeñas bestias”. Creo que en la historia de la humanidad no se había encontrado un método disciplinario más eficiente para a tener a los chicos callados y en su pupitre. A los maestros los salvó “el jueguete” (la computadora con su Wi Fi)  ¿pero quien salva a nuestros hijos de esta mezcolanza de redes, que lejos de sostener, atrapa? La respuesta es obvia: ¡Se empieza por casa! 

sábado, 4 de febrero de 2012

APUNTES DEL BUEN MANUAL EN ARAS DEL HOMBRE PERFECTO


He notado con profunda solidaridad que mis amigas, especialmente las que postean en las redes sociales, están muy interesadas en determinar las cualidades del hombre perfecto. Es por eso que hoy sumo mi aporte, basado en mis cuarentaytantos añitos recién cumplidos. 

Para comenzar hay que tener el cuenta que el hombre perfecto es el que no jode y miente, caso contrario no califica para ningún atributo, por ende no debe sentirse aludido con las siguientes virtudes.

El hombre perfecto es el que sexualmente te da todos los gustos y te hace sentir la mejor. Cada vez que recibe el sueldo te lo da íntegramente para que lo administres y sin que lo sepas ahorra para comprarte en cada fecha especial eso que tanto te gusta. 

El hombre perfecto adivina lo que está en tu mente y soporta con paciencia tu síndrome premenstrual y se desvela por cuidarte. El hombre perfecto de desvive porque tengas TODO a mano. 

Él cree en Dios y todas las noches le pide por tu bienestar y se hace cargo de que las bendiciones te lleguen prontamente. El hombre perfecto hace deporte para tener todo en su lugar y puedas palparlo cuando te de la gana.  

El Hombre perfecto sabe preparar comida casera, gourmet, exótica y valora cuando en tu infinita misericordia te molestas por asarle un bife acompañado con lo que sea.

El hombre deseado no es cochino, no mea el asiento del inodoro, no se escarba la nariz esperando en los semáforos, ni se despega constantemente las bolas en verano con la misma mano que te acaricia. Sabe limpiar  el baño y lo hace todos los días. 

El hombre perfecto  duerme en otra cama, es más, hasta en otra habitación, claro! después de complacerte y de puntitas se retira cuando ya estas dormida para no despertarte.  El hombre perfecto es ordenado y no le molesta si dejas tus interiores colgados en la ducha, por el contrario los mira y se excita. 

El hombre perfecto se desvive en elogios, no es celoso, aunque te cuida de la manada de hombres que él supone te asedian y sabe como hacerlo sin molestarte. El hombre perfecto no entra en comparaciones y asume que eres mejor que su madre y la nombra sólo para decirte que mientras estas con tus amigas el va a visitarla. El hombre perfecto es inteligente y logra sus objetivos profesionales y te hace sentir como la inspiración de los mismos. 

El hombre perfecto te impulsa como profesional y permite que te vayas de viaje, mientras el se queda en casa leyendo los mejores libros y viendo las mejores películas para luego compartir charlas interesantes contigo, las cuales terminan siempre con un postre de erotismo, algunas veces salvaje y otras tierno, y él tiene que adivinar cual de los dos te apetecen en el momento. 

El hombre perfecto es poseedor de  una gran personalidad y muy buen humor, te hace reír y con sólo acariciarte te levanta el ánimo, para lograrlo ha tomado cursos de clown, reflexología, masaje tailandés, digitopuntura y siempre, siempre se supera a sí mismo!

El hombre perfecto es un excelente bailarín comparte clases de tango, salsa y se embeleza  cuando le muestras lo que aprendiste en danza árabe, en la clase de Kung fu o en la que sea, no importa, cualquier movimiento tuyo lo inspira para crear obras de arte y en el peor de los casos festejarte con dadivas,  caricias y buen sexo. 

El hombre perfecto es el mejor consolador en TODO sentido. Es el que se levanta antes, se lava los dientes y te despierta con un beso y un te amo. 

Es aquel que al mismo tiempo puede ser romántico y apasionado, fuerte y sensible, maduro pero en el fondo siempre un niño travieso. Claro,  bien educado y sensible sin llegar a ser un tarado romántico y empalagoso. 

El hombre perfecto “no tiene pasado” porque se dio cuenta que el sentido y las delicias de la vida las conoció  el mismo día en que te  vio por vez primera y  eso, te lo hace sentir todos los días! 

Mi hombre ideal debe ser atrevido, sólo tomando riesgos calculados para protegerme a mí y a la familia, nunca en un mal sentido, porque su sabiduría jamás le permitiría exponerse a una castración. 

Debe ser autosuficiente, aunque a diario debe confesarme que no puede vivir sin mí.  Debe ser un hombre balanceado y tomar la postura más comprensible: saber cuando pedir, dar, exigir o ceder, siempre adivinando mis fluctuaciones hormonales y sentimentales.  

 También debe saber cuando ser citadino o rupestre, un día puede gustarme que sea todo un lord inglés y el otro un camionero rudo y fortachón. 

Debe ser comunicativo y confiable, para que además se convierta en mi mejor amigo. Pero también debe ser conciente de sus deberes y responsabilidades, de lo contrario podría dormir eternamente en la cucha con el perro. 

La fidelidad es una promesa irrevocable, de lo contrario quedará al margen de todo beneficio económico, ahorros, herencias y tendrá que ser el eunuco de la “puta” con la que engañó. 

Debe ser facilitador y jamás convertirse en una piedra en mi camino o impedimento para mis anhelos.  

El hombre ideal tiene que ser romántico, sin caer en lo melodramático o en lo cursi, porque ante cualquier síntoma de debilidad sabe que mi erotismo se congela en la misma proporción que la pila de ropa que tendrá que fregar durante el resto de su vida. 

Debe ser respetuoso, pero sin perder la firmeza de NADA! (a buen entendedor…) en fin, recibo más sugerencias para elaborar el buen manual para el hombre perfecto y su lado cerebral despierto.