miércoles, 28 de diciembre de 2011

¡CUIDADO! QUE TU ESPEJO NO SE ROMPA


Por lo general no leo y mucho menos reflexiono cuando me llegan a mi mail o al Facebook, esas frases hechas y  comunes que te enseñan sobre la vida, de cómo ser mejor persona, ser feliz, etc. Parecen verdaderas epístolas papales y hasta algunas se toman el atrevimiento de hablar en primera persona como si fuera el mismísimo Dios que te está hablando. Muy por el contrario me aburren y hasta me indignan por lo simplonas y obvias.  Esos PPS floripondios, con fotos  de caritas rosadas y regordetas, hadas y paisajes de ensueño parecen hechas por el fulgor de un recién converso que se iluminó de repente y quiere instruir al mundo entero.

Pero hoy recibí una de ellas y reflexioné, (quizás y sin darme cuenta la secta WEB  de los  happy people  me ha tomado entre sus filas y no me di cuenta). En fin, lavada o no de cerebro,  cito al recordado Gandhi, cuando se le preguntó sobre los factores que destruyen al ser humano y dijo: “la vida es como un espejo, es decir que la actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida tomará ante mí.” Y eso es simplemente Ho’oponopono.

Gandhi en escena

Es algo lógico y simple lo que nuestros ancestros, en diferentes culturas vienen predicando, pero desgracia sólo unos pocos practicando. Lo que me llama la atención es que Gandhi en otro lado del mundo explicó lo que la ancestral cultura Hawaiana ha utilizado como cura Huna:  Ho’oponopono que significa “corregir un error” o “hacer lo correcto”.
En definitiva es un método de curación  en el que se le pide a Dios, a la divinidad, a la naturaleza, al destino o en lo que se crea que purifique el origen de los problemas, es decir los recuerdos, las memorias, las impresiones que captamos de nuestro entorno. Es así como se neutraliza la energía que asociamos a determinada persona, lugar o cosa.

Para los hawaianos lo que uno ve de errado en el prójimo también existe en uno mismo. Desde ese punto de vista, todos somos uno, por tanto, toda cura es auto-cura. En la medida en que mejoro la impresión que deja en mí esa percepción del mundo, también se mejora el mundo en general. En realidad es un acto de  responsabilidad. Nadie más debe hacer ese proceso, es propio e individual.

El complemento ideal sería prevenir tal como Gandhi lo propone:   la gente es amable, si yo soy amable; que las personas están tristes, si yo estoy triste; que todos me quieren, si yo los quiero; que todos son malos, si yo los odio; que hay caras sonrientes, si yo les sonrío; que hay caras amargas, si yo estoy amargado; que el mundo está feliz, si yo soy feliz; que la gente es irascible, si yo soy irascible; que las personas son agradecidas, si yo soy agradecido!!..“

La vida es como un espejo: Si sonrío, el espejo me devuelve la sonrisa. En definitiva la actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida tomará ante mí.

¿Pero qué hacemos con lo que yo no produje y me afecta? Una cosa es ser responsable por lo que digo,  hago y sus efectos, pero serlo por lo que dice o hace otra persona que está en mi vida o simplemente porque me enteré de su existencia y actos es otra cosa, algo que realmente me parece injusto. Sí es indiscutible que lo que pasa a nuestro alrededor nos influye y la manera como nos afecta es nuestra responsabilidad. Pero según la teoría Ho’oponopono nuestra responsabilidad no es solamente curar las consecuencias que se generaron en mi, sino estar conscientes de que si yo curo en mi, también estoy curando el acto y su origen.

Entiendo esto como un acto de exculpación hacia el agresor, supongo que entre menos gente afecta y se replica una falta o agresión, esta se vuelve menos grave. Es como que el problema no existe sin los efectos generados en cada uno de nosotros y para cambiarlo soy yo quien lo cura a través de las consecuencias en mí, yo lo cambio a través de mi propia sanación.

Según el Dr. Ihaleakala Hew Len, uno de los más conocidos practicantes de Ho oponopono: “Basta, apenas, decir que, cuando usted quiera o desee mejorar cualquier cosa en su vida, existe solamente un lugar donde buscar: dentro de usted mismo. Y, cuando mire, hágalo con amor”. Y eso fue lo que practicó con éxito en Hospital del Estado de Hawai en un grupo de enfermos criminales ya desahuciado por la medicina y las terapias convencionales.
El Dr. Len con sólo mirar los expedientes médicos de cada enfermo y aplicando Ho’oponopono repitiendo ‘Lo siento mucho’ y ‘Te amo’, logro el “milagro”. No sólo algunos enfermos lograron reducir la violencia, la medicación, sino que algunos fueron dados de alta a pesar de los pronósticos.

Se suma Jung

En definitiva uno crea su mundo y lo varia tal y como lo propone Gandhi, el entorno nos influye lo haya afectado o no, pero uno si puede optar por influenciar ese mismo mundo de diferentes maneras y una de ellas es la propuesta por Ho oponopono.  Esto parece un verdadero juego de palabras al que se le puede añadir el concepto que acuñó Carl Gustav Jung cuando se refirió al inconsciente colectivo: contenidos psíquicos inconscientes comunes a toda la humanidad y que no tienen su origen en la experiencia individual.
Las tradiciones hawaianas, Jung, Gandhi  en definitiva hablan sobre el mismo tema: el ser humano y su gran responsabilidad en la sociedad e incluso en la historia, independientemente del tiempo, la forma y el lugar, es decir la percepción y sus efectos en mi crean un mundo, Resumiendo: yo creo al mundo.

¿Y la receta?

Por Dios hay tantas recetas para la felicidad, para sanar, vivir mejor, ser bueno, hacer potable a quien me joroba, en fin… para no fracasar prefiero la receta de la chocotorta y ya! Pero colaborando con la confusión en este caso público una más:
El Ho’oponopono y ahí va:

“En el momento que usted nota dentro de sí algo incómodo (que no sea el  huevo frito que se comió sobre la milanesa o el famoso calzón entre los cachetes) en relación a una persona, lugar, acontecimiento o cosa, inicie el proceso de limpieza y pida a Dios:
“Divinidad limpia en mí lo que está contribuyendo para este problema.”
Entonces use las frases de esta secuencia:
“Lo siento mucho. Perdóname. Te amo. Estoy agradecido”, varias veces, usted puede destacar solo alguna de ellas que le llegue mas en aquél momento y repetirla.
Deje que su intuición lo guíe. Cuando usted dice “Lo siento mucho” usted reconoce que algo (no importa saber el qué) penetró en su sistema cuerpo/mente. Usted quiere el perdón interior por lo que le trajo aquello. Al decir “Perdóname” usted no está pidiendo a Dios que le perdone, usted está pidiendo a Dios que le ayude a perdonarse. “Te amo” transmuta la energía bloqueada (que es el problema) en energía fluyendo, le vuelve a unir al Divino. “Gracias” o “Estoy agradecido” es su expresión de gratitud, su fe en que todo será resuelto para el bien mayor de todos los involucrados. A partir de este momento lo que suceda después es determinado por la Divinidad, usted puede ser inspirado a hacer alguna acción, cualquiera que sea, o no. Si continuase dudando, persista en el proceso de limpieza y después, cuando estés completamente limpio, obtendrás la respuesta.” Según lo publica Ho’oponopono - El E-Book © 2007 Crescent Ltda. editado por Al McAllister.

¡¡¡"EL QUE QUIERA SER CURADO, QUE CURE"!!!....

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